Yo solo quiero regalarte calma

Yo solo quiero regalarte calma

Fuente: Pixabay

Ay, cariño. Con tantos juegos y juguetes disponibles, con tantas opciones que te podría regalar, que te encantan, que me encantan, con tanta ilusión que preparo estos días para ti, con lo satisfecha que estoy con lo que pides, lo que busco, lo que ya has descubierto y lo que aún tienes esperándote. Y aun así, lo que yo más quiero regalarte ni se compra ni se paga, ni muchas veces se consigue del todo. Yo solo quiero regalarte calma.

Porque mi amor lo tienes desde el segundo cero. Un amor que me contrae y me expande al mismo tiempo, con el que me siento a la vez infinita y un nudito chiquitito localizado en las tripas. Un amor que es absoluto, que no esperaba por más que me lo habían contado, un amor para el que no estaba preparada porque hasta que no lo vives, no lo entiendes.

Mi respeto también lo tienes, gracias a todo lo que leí, a todo lo que pensé, a todo lo que me desmonté dentro del coco y todo lo que desaprendí. Un respeto que aún no comprendes pero que espero que te riegue desde el primer momento y te ayude a florecer sin lastres. Un respeto que libera también a la niña que tengo dentro, que me hace crecer a mí también, contigo.

Pero mi calma… mi calma viene y va, y no consigo del todo que se quede.

Mi calma la tuviste sin fisuras la primera etapa, los primeros dos años, cuando todo mi tiempo y mi energía eran para ti. Cuando tuvimos el inmenso privilegio de vivir al margen del afuera y yo tuve la inmensa suerte de criar sin prisas.

Mira que fue una etapa dura, una que me costó la salud, una en la que pensé que me daba algo, pero de verdad, por no dormir. Mira que iba con la batería parpadeando de continuo y que en los vídeos parece que llevo un colocón de pegamento, porque casi no podía ni hablar normal, con aspecto de persona despierta y viva. Mira que fue una etapa en la que cualquiera diría: vas a perder los nervios continuamente, de puro agotamiento. Y sí, los perdía, pero para mí (o con papá, el pobre). Contigo, nunca.

Quiero volver a esa etapa. A lo del sueño no, por favor, con eso pagué la deuda kármica de siete vidas. A lo otro. A lo de saber que lo manejaba todo desde la calma, pasara lo que pasase. A lo de gestionar las rabietas siendo tu puerto seguro, tu suelo estable y firme. A lo de ser el mejor ejemplo posible. A lo de no mirarme en el espejo con pena porque la volví a cagar y no lo hice como quería y como sé que puedo hacerlo.

Desde que el afuera se nos metió dentro, no me sale, bonita mía. No me sale del todo, no me sale todo el tiempo, no me sale y espero que no nos coma terreno de todo lo que sembramos anteriormente, no me sale pero lo voy a seguir intentando, cada día. Porque yo quiero que tengas mi calma.

Y a veces salta el pistón y me descubro a mi misma hablándote desde el estrés, como si tú comprendieras lo que a mí me pasa, estas mierdas de adulto que ya conocerás cuando lo seas, porque ahora no es tu momento, no es tu problema, no es tu etapa. Me descubro dejándome superar por situaciones que dentro de mí comprendo, que dentro de mí sé que puedo manejar, que ya he manejado. Me descubro dejando que las prisas y el estrés hagan que se me olvide que no está pasando NADA que no pueda manejar desde la calma.

Y yo solo quiero regalarte calma. Enseñarte que pase lo que pase se puede hablar, que pase lo que pase podemos respirar primero, que pase lo que pase podemos estar tranquilos, que pase lo que pase lo podemos manejar, que pase lo que pase no nos supera, que pase lo que pase somos capaces.

Es algo que nunca aprendí, que estoy intentando aprender ahora. Por mí, por todo lo que ya he vivido sin saber hacerlo. Por ti, por todo lo que tú vivirás. Es algo que para mí ahora mismo es prioridad, aunque no me termine de salir, es mi post-it mental, mi objetivo, mi reto. El muro con el que a veces me estampo. El pensamiento que me inspira y me espolea a seguir siendo mejor cada día por ti.

Todavía hay algunas cosas esperándote para los próximos días, cariño mío. Te van a encantar todas, como te encantaron las que ya hemos descubierto. Las disfrutaremos juntas. Pero espero ser capaz de regalarte otra intangible muy, muy importante. Una con la que no vamos a poder jugar pero que nos es tan necesaria para vivir en armonía.

Espero poder regalarte calma.

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2 comments

  1. Gema says:

    Ay como te entiendo , yo tb necesito esa calma con la que crie a mi primera hija; esa que me permitía pasar horas leyendo cuentos o dibujando soles , pero ha llegado la bebe; una bebe muy esperada pero que nos ha roto todos los esquemas, que por mucho que nos lo contaran no creíamos que iba a ser tan duro , duro no poder estar con la mayor, xq la hemos echo mayor sin pedirlo , los momentos de parque se había reducido , los cuentos han menguado, los raros de cosquillas han desaparecido, la lactancia materna nos abduce, y los nervios y el estrés se descargan con los momentos de ira de la mayor … reyes magos regalarme paciencia y obsequiarme con calma

    • Carita says:

      Ay Gema. No te preocupes, volveréis a recuperar la armonía y la calma y podrás compartirla con las dos peques. Lamento que te sientas desbordada ahora mismo pero recuerda que es temporal. Espero que los reyes magos os traigan calma. Yo por ahora te mando un abrazo inmenso

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