Embarazo y mononucleosis: ¿Por qué es peligroso contagiarme y cómo actuar si estoy expuesta?

De verdad os lo digo. Está genial esto de poder escribir posts útiles, pero en tema salud estaría mucho mejor poder escribirlos a nivel teórico, sin que me tengan que pasar las cosas personalmente para hablar con fundamento. Sin que la peque me coja una mononucleosis justo, justito cuando estoy embarazada y se me pongan los ovarios en el cuello. Porque un cuadro mononucleósido no lo provoca un virus normal y corriente, de los que abundan por el cole cada invierno sin más novedad. Lo causan virus que pueden suponer un riesgo real durante la gestación y afectar al feto. Y uno de esos tengo en estos momentos en casa, mientras intento mantenerlo a raya para no contagiarme. Os cuento cómo actuar si estáis embarazadas y expuestas directamente a un virus mononucleósido:

¿Cómo sé si es mononucleosis?

Yendo al pediatra en cuanto veamos que la cosa no nos cuadra, para que diagnostique bien la enfermedad por su cuadro clínico, la exploración y palpación y en caso necesario, una analítica para un estudio específico de serología.

Al principio puede parecer gripe. Nosotros es lo que pensamos los primeros 2-3 días, por el estado general de la pequeñina. Pero luego empiezas a notar que no, que hay algo más. Por ubicarnos un poco, la mononucleosis es un cuadro vírico infeccioso que puede provocar un buen puñado de síntomas. Entre ellos:

Fiebre

Suele ser más bien alta y prolongada. Para que os hagáis una idea por aquí hemos pasado catorce días ininterrumpidos de fiebre. Los primeros 8-9 más bien alta (por encima de 38ºC, con picos entre 38,5ºC y 39ºC) y el resto decimillas y picos de febrícula más espaciados. Hoy es el primero que no sale nada (por el momento).

Cansancio, debilidad o dolores musculares

Los primeros días sobre todo la peque estaba bastante baldada y se quejaba un poco de todo (me duele el brazo, me duele el costado, me duele la pierna, me duele el cuello). Después yo creo que estamos más baldados nosotros (suspiro).

Dolor de garganta

Tanto porque suele causar faringitis o amigdalitis como porque se inflaman los ganglios linfáticos del cuello.

Esplenomegalia

O aumento del bazo, en su lucha contra la infección. Nosotros hemos tenido un palabro aún más sofisticado, hepatoesplenomegalia, porque aumentaron tanto bazo como hígado, y de forma notable.

Cuando pasa esto hay que tener la precaución de que no hagan movimientos muy bruscos o se den golpes, porque al estar aumentados los órganos quedan fuera de la protección de la parrilla costal y están a un nivel bastante superficial, por lo que cualquier golpe da de lleno en órgano «blandito».

También hay que controlar bien cuando se afecta el hígado porque puede acabar complicando con hepatitis o ictericia. Si el último día que fuimos a la pediatra la hepatoesplenomegalia no hubiera estado en remisión nos habrían ido controlando a este respecto. De momento sólo tenemos revisiones para confirmar que todo va volviendo a su ser.

Edema facial

Tengo comprobado que la teta nos sirvió de mucho y las defensas son buenas en general. La peque casi no pilla nada. Eso sí, cuando pasa por ahí un virus realmente chulo… ¡ese pa casa! Y con todo el equipo. Así que sí, también hemos tenido edema facial, es decir, hinchazones por la cara. El edema suele ser sobre todo periorbital, en la zona de alrededor de los ojos. La penita que nos ha dado durante días ver su carita y no reconocerla porque no parecía ella, ni os la cuento.

Y para completar con una guarnición más sencillica hemos tenido como acompañamiento dolor de tripa y unos días raruna sin llegar a estar mala, mucha tos, muchos mocos y un oído empezando a abombar que cazamos a tiempo y desmontamos en 48 horas con antiinflamatorios sin más complicación. Os hacéis una idea de nuestras últimas dos semanas, a que sí.

¿Por qué es peligrosa la mononucleosis en el embarazo?

El caso es que la mononucleosis no es una enfermedad peligrosa en sí misma (es un cuadro pesado pero que no suele provocar complicaciones) ni infrecuente. De hecho, su incidencia es bastante alta y en muchos casos es hasta asintomática, por lo que muchos de nosotros seguro que la hemos pasado sin saberlo, o en uno de estos catarros mortales de los que todavía nos acordamos pero con los que no llegamos a ir al médico y a los que nadie puso nombre.

Pero si nos contagiamos durante el embarazo sí podemos tener complicaciones. ¿Por qué? Por el tipo de virus que provoca un cuadro mononucleósido y su influencia potencial sobre el feto.

En el 90% de los casos el causante es el virus de Epstein Barr, un virus de la familia de los herpes y la varicela. Se contagia principalmente a través de la saliva y, por eso, a la mononucleosis se la conoce también como la «enfermedad del beso». Este, dentro de lo malo, no es muy malo. Pero puede estar causada por otros virus, como el segundo más frecuente, el citomegalovirus. Si estáis embarazadas, seguro que habéis oído ya alguna historia de miedo con este, porque atraviesa la placenta y puede llegar a provocar hasta muerte fetal en el peor de los casos.

Y, si ya de por sí andamos bien servidas de hormonas y pensando en esas diez mil millones de cosas que podrían pasar en el embarazo, solo nos falta vernos expuestas directamente a un virus con capacidad de provocar complicaciones al feto para que nos dé el agobio máximo. Un agobio con base porque, si nos llegamos a contagiar, es preciso comprobar si el virus ha atravesado la placenta con una amniocentesis, que siempre tiene sus riesgos. Y eso sin entrar en si finalmente el virus ataca al feto y lo que ello pueda suponer.

Por eso, importantísima la PREVENCIÓN.

Y yo os recomiendo, si estáis expuestas, haceros una analítica pidiendo serología específica de Epstein Barr y Citomegalovirus, para saber si los habéis pasado ya en algún momento y tenéis anticuerpos (en la serología salen como Igg positiva) o si la habéis pillado y aún no está dando síntomas (sale como IgM positiva) para poder controlarlo lo más pronto posible. Yo me la hice la semana pasada y estoy a puntito ya de tener los resultados, a ver si con un poco de suerte me puedo relajar un poco.

Medidas a adoptar ante la exposición a este tipo de virus

¿Cómo me protejo? ¿Qué hago para intentar no pillarlo? Esto fue básicamente lo que pregunté a diestro y siniestro, tanto a la pediatra como a la gine, para ver cómo de serio era el riesgo de contagio y cómo podía minimizarlo en todo lo posible. Porque cuando son tus propios hijos los que tienen mononucleosis, aislarte es imposible, sólo queda minimizar. Os dejo todo lo que podéis hacer:

1. Evitar el contacto directo con fluidos y secreciones

Nada de besos en la boca (aunque esto en general siempre es mejor evitarlo, sobre todo con los bebés) ni en la zona que la rodea, como los mofletes, y nada de metralletas de besos en los que siempre alguno acaba cayendo cerca.

Nada de compartir comidas, bebidas, platos, vasos, cubiertos o servilletas (mejor destinar unos aparte y tenerlos controlados para no cogerlos sin darnos cuenta), nada de compartir toallas (lo mismo, una para el peque aparte).

Mucho cuidado con lavar dientes, sonar mocos, poner suero, secar babas o limpiar culetes. Ojo con pañuelos de papel y pañales húmedos. En los objetos secos, los virus mueren en varios minutos, pero mientras se mantenga humedad pueden aguantar. Si estas cosas las puede hacer otra persona, mejor. Si las tenéis que hacer vosotras, lavado de manos nada más terminar.

2. Proteger las vías de entrada

Al toser y estornudar, e incluso al hablar, se exhalan con el aire pequeñas gotitas de saliva. Lo más fácil es ponernos una mascarilla cuando estemos cerca del peque. Se considera que un metro es la distancia mínima segura a partir de la cual ya no es necesario.

3. Extremar la higiene de manos

Os vais a tener que lavar las manos mil veces al día pero, sobre todo, hay que lavarlas a conciencia. Como los cirujanos. Nada de un refrote rápido en las palmas y aclarado. Si es con agua y jabón, 15-30 segundos frotando por todas partes, palma, dorso, muñecas, dedos, zonas interdigitales y bajo las uñas, y aclarado generoso con agua. Si es con gel hidroalcohólico sin aclarado, hay que repartirlo también por toda la mano frotando hasta que seque.

4. Mantener la distancia

Si no llevamos mascarilla, impepinable. Si dormimos en la misma habitación, mínimo ese metro de distancia para evitar contagios con toses y estornudos con ambos dormidos. En general lo más prudente es estar «lejos» dentro de lo posible para minimizar riesgos pero es TAN difícil con tus propios hijos… por ellos y por ti, que necesitas achucharlos, sobre todo si están malitos… Ay, qué vida esta, como decía mi abuela.

5. Desinfectar los objetos de uso común

Para los textiles, lavadoras frecuentes (mejor con algún desinfectante compatible con peques y bebés). También hay sprays desinfectantes que no suponen riesgo en casas con bebés, para todo aquello difícil o imposible de lavar, como los sofás.

Poned atención en todo eso que tocamos todos cada poco, como pomos de puertas, interruptores, la tapa del WC o el botón de la cisterna, grifos… En principio, lo dicho, si hay virus pero pasan suficientes minutos en seco, mueren. Pero o contamos el tiempo (y ¿cuánto tiempo exactamente en cada virus?), o tenemos cuidado preventivo con todas estas zonas de contacto continuado.

6. Apartar objetos de uso personal

Hay muchas cosas que no son de uso común y, en vez de desinfectar, podemos directamente apartar para que el peque no los toque en ningún momento y podamos usarlos con tranquilidad: portátil, teléfono móvil, ebook, tablet, mando de la tele…

Y, básicamente, esto es todo lo que se puede hacer, porque no hay medidas preventivas específicas para ninguno de los dos. Así andamos en casa, que parece esto un campo de entrenamiento por si el coronavirus termina llegando a España, mientras esperamos los resultados de mi serología. Los espero con ansia porque tanto citomegalovirus como Epstein Barr son virus un poco cabroncetes que, una vez pasado el cuadro activo, se mantienen en sangre y saliva durante meses, lo que hace que la prevención (aunque no sea tan bestia como durante el cuadro sintomático) se tenga que alargar mucho más que con otros virus.

Si estáis pasando por la misma situación, paciencia y calma dentro de lo posible. Sé de primera mano lo que agobia pensarlo pero ojo, contagiarnos no tiene por qué significar que el feto se contagie. Y contagiarse no tiene por qué significar que haya complicaciones. Llevadlo con la mayor serenidad posible, con información, cuidado y constancia y paso a paso. El primero, siempre, PREVENIR. ¡Ánimo!

Si te parece que mi contenido es útil ¡Compártelo!

Y, si quieres contarme tu punto de vista o tu experiencia, me encontrarás siempre al otro lado en comentarios o en redes 🙂

¿No te quieres perder ningún post?

¿Quieres suscribirte y recibirlos cómodamente en tu correo?

5 comments

  1. María says:

    Hola! ¿Cómo fue al final? Espero que quedase en un susto. He encontrado este post de casualidad porque yo estoy pasando la misma situación ahora mismo: embarazada de mi tercer bebé y la mayor con un cuadro mononucleósico ‍♀️ Para más INRI yo sí sé que no cuento con anticuerpos para el CMV. De hecho, al ser maestra, me dan la baja por esta condición para evitar en la medida de lo posible el contagio, ¡Y se cuela un bicho de estos en mi casa! El viernes fue mi último día de trabajo y el sábado saltó la alarma en urgencias Estamos esperando resultados de serología de la niña y se me están haciendo los días eternos no, lo siguiente.

  2. María says:

    Me encuentro ahora mismo en esa situación: embarazada de mi tercer bebé y con la mayor con un cuadro mononucleósico ‍♀️. Para más INRI yo sí sé que no tengo anticuerpos para CMV, ya que soy maestra y me dan la baja para minimizar riesgos. El viernes comencé la baja. El sábado nos dieron el «prediagnóstico» en urgencias. Esperando serología de la niña, se me están haciendo los días eternos.
    ¿Cómo os fue finalmente? Espero que quedase en un susto.

  3. Patricia says:

    Hola! Pasado el tiempo ya me gustaría saber cómo desarrollo todo esto de la mononucleosis y sobretodo si llego a afectar al bebe.
    Estoy de 32 semanas y mi hija de 6años la ha pillado. Llevo toda la semana sin dormir pensando en la peque que viene en camino y las consecuencias que pueda tener todo esto. Hoy me han hecho análisis completo a mi, pero me temo que hasta la semana que viene poco sabré. Necesito un rayito de esperanza

  4. Pat says:

    Animooooo!!! Hace mucho que te leo… pero no me había decidido a escribirte. Eres un ejemplo sobre cómo educar y ayudar a los hijos. Mucho ánimo con tu situación de ahora e intenta disfrutar del presente y ya irás cruzando puentes cuando lleguen! Abrazos y fuerza desde Bilbao.

    • Carita says:

      Hola Pat! Muchas gracias (con retraso). Decía yo de broma que parecía que estábamos en China… fíjate tú lo que es la vida, cómo estamos ahora todos… Un abrazo enorme y muchas gracias por tus palabras 🙂

Deja una respuesta

Acepto la Política de privacidad