8 mitos sobre piojos que es mejor que no te creas

Fuente: Pexels

Están llegando circulares de piojos, qué miedo me da, voy a cortarle el pelo para que no los pille. Uy, yo se lo lavo muchísimo en época de cole. Yo estoy alerta por si se empieza a quejar de que le pica la cabeza. ¿Cuántas veces habéis oído, dicho o pensado cosas como éstas? Cuidado, porque muchas veces no solo no tienen base sino que pueden confundirnos bastante a la hora de abordar la prevención y el tratamiento de los piojos. ¿Tenéis bien identificados los mitos más comunes?

1. Solo se tienen de niño

Se suelen tener en la infancia y en época de cole porque es cuando más juntos (y revueltos) están los niños. Y ya se sabe cómo son: juegan, se hacen placajes, se revuelcan por la arena del patio (que luego les sacas hasta de las orejas), se abrazan, se besan, se quieren, se adoran… y prudencia, lo que es prudencia juntando cabezas, poca.

Pero, por supuesto, se pueden tener tanto fuera de la temporada de cole como de adulto. A no ser que dejemos de arrechucharles y, la verdad, va a ser que no.

2. Los piojos saltan (y hasta vuelan)

Lo dije al hablar de qué hacer cuando llega una circular de piojos del cole: son piojos, no saltamontes. 😀 Ningún piojo coge la pértiga confiando en acertar el salto ni echa a volar hasta encontrar pista de aterrizaje. Un piojo necesita un pelo por el que correr, ya sea el de la cabeza en la que está o el de otra cabeza que se acerca.

Eso sí, mucho ojo si hay contacto directo que un momentico basta para contagiarse. Corren que se las pelan.

3. Les gusta el pelo largo

Los piojos no son caprichosos, no sienten predilección especial por el pelo largo. Simplemente un cabello largo ofrece más oportunidades de contacto. Pero si dos niños con el pelo muy cortito juntan las cabezas, el piojo va a correr igual y con la misma alegría que hacia Rapunzel.

Así que no hace falta cortarles el pelo, solo sujetarlo lo mejor posible. Trenzas, coletas apretaditas y moños son los mejores aliados para el pelo largo en época de cole.

4. Les gusta el pelo sucio

Está super extendida la idea del niño “piojoso”, origen de un sinfín de cuchicheos y juicios de valor. Un prejuicio totalmente equivocado, que hace que muchos padres no comuniquen que su hijo tiene piojos por vergüenza de lo que pensarán de ellos y se aumente el riesgo de contagio. Pero los piojos no van ni a los niños guarros ni a los niños pobres, van a los pelos.

Lavar más el pelo ni evita que el niño tenga piojos ni los combate porque resisten sin problemas a los champús y a temperaturas de hasta 50 grados así que, sin escaldar al niño, poco le haremos al piojo…

5. Te los pueden pegar los animales

El contagio entre animales y personas es imposible porque los piojos que viven en unos no pueden sobrevivir en los otros. Son muy señoritos ellos. Yo soy piojo de perros, a ver qué te has pensado tú, que me va a valer un humano. Así que no, no hay que mirar con resentimiento al perro, que de ahí no ha venido.

Eso sí, cuidado porque aunque piojos, no, hay otros muchos adorables bichos que sí se pueden contagiar en el contacto con animales, como pulgas, o garrapatas.

6. Transmiten enfermedades

Al contrario que otros parásitos (como la garrapata, sin ir más lejos, que te la puede liar bien), los piojos NO transmiten ninguna enfermedad.

A no ser que contabilicemos la paranoia picantosa como enfermedad, que esa se transmite hasta por wifi, cuando te mandan la circular del cole 😉

7. Si hay piojos pica y, si no hay, no pica

Pues no tiene por qué, curiosamente. El picor se produce por una reacción a la saliva que inyecta el piojo en el cuero cabelludo pero esta reacción no es inmediata: el sistema inmune tarda entre 4 y 6 semanas en desarrollar sensibilidad a la saliva del piojo. Teniendo en cuenta que un piojo hembra puede poner hasta 10 huevos diarios, cuando descubramos el pastel nos podemos llevar el susto del milenio. Son muy esforzadas, ellas. Por eso se recomienda revisar siempre la cabeza aunque no haya picor.

Igualmente, puede pasar que tras el tratamiento la cabeza siga picando aunque ya no haya piojos por una reacción inflamatoria o alérgica que cause hipersensibilidad en el cuero cabelludo.

8. Solo sobreviven en la cabeza

Hmm, sí… pero NO: los piojos pueden sobrevivir hasta 24-48 horas sin estar en contacto con el pelo o el cuero cabelludo. ¡Cuidado con este porque puede cargarse todo un tratamiento y volver a colocarnos en la casilla de salida!

TODO aquello que haya estado en contacto directo con el pelo es susceptible de tener algún piojo despistado: peines, cepillos, gorros, bufandas, sábanas, mantas, fundas de cojines, almohadas o sofás… así que, después de un episodio de contagio piojil, además de aplicar el tratamiento correspondiente en la cabeza afectada hay que lavar siempre a más de 50º todos los tejidos y utensilios que hayan estado en contacto con ella. O eso, o pasar el fin de semana fuera hasta que todos la hayan palmado allí donde estuvieran, si queréis una excusa para una escapadita. Ahí dejo la idea 😉

Y, por supuesto, como ya os conté cuando hablé de qué hacer y qué no hacer cuando llega una circular del cole, aseguráos siempre de prevenir y tratar correctamente, ¡que ahí también hay muchos mitos que nos pueden confundir!

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