Visionado VIP

Llegó el momento. Lo hemos retrasado años, mucho más de lo que yo esperaba. Con cuatro años a contramarcha me hubiera quedado razonablemente conforme. Cinco me habrían dejado contenta. Seis ya eran una maravilla. Y los siete que al final hemos contado me dejan todavía alucinada, sobre todo porque este último año a contramarcha ha sido un regalo con el que no contábamos y que nos encontramos de repente al coger la One, a la que no podré agradecerle lo bastante esta prórroga inesperada en seguridad. Pero ya está, ya estamos. Hemos llegado al tope, al mantra que llevo cinco años repitiendo allá donde me den voz, a ese «mientras quepa por peso y altura» que acabamos por fin de agotar. Aquí estamos hoy, con siete años y tres meses, diciendo adiós a la contramarcha. Y ahora ¿qué?.

Si os pasa como me pasó a mí, es posible que ese «y ahora ¿qué?» os genere cierta ansiedad. ¿Qué es lo más seguro, qué puede ser peligroso, qué debería priorizar? Os cuento qué es lo más importante en la etapa a favor de la marcha y qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir un grupo 2-3.

Los sistemas de retención de grupo 2-3 se utilizan cuando el peque ha alcanzado el desarrollo suficiente para poder utilizar el cinturón de tres puntos del coche pero no la altura suficiente para poder hacerlo directamente con seguridad, ya que de hacerlo la banda diagonal le quedaría a la altura de la cara o el cuello, lo que sería peligrosísimo.

Entonces, ¿no bastaría con alzar al niño hasta que llegue al cinturón? Bien, NO, por varias razones.

En primer lugar, porque no solo es necesario que el niño alcance la altura suficiente sino también asegurarnos de que las bandas del cinturón cruzan por donde deben. La fuerza con la que el cinturón de tres puntos nos retiene en caso de accidente es enorme (suele amoratar la zona y puede llegar incluso a fracturar algún hueso) por lo que llevarlo bien colocado es fundamental, en especial en el caso de los niños, cuyo cuerpo, musculatura y esqueleto son más frágiles.

Y, en segundo lugar, porque el objetivo último de un sistema de retención infantil es minimizar los daños en caso de accidente protegiendo al niño y un alzador sin respaldo no ofrece ningún tipo de protección ante un impacto lateral, muy frecuentes en ciudad (aunque vuestro coche tenga airbags laterales de cortina, debido a la altura a la que están instalados en el vehículo). Aquí os dejo un crash test, que lo explica mejor que yo:

Por eso en 2017 se cambió la normativa y los alzadores sin respaldo, que antes estaban homologados desde los 15 kg, pasaron a estar permitidos solo a partir de 125 cm de altura. Aunque, si queréis mi opinión, yo os recomendaría no usarlos ni en esta última etapa y usar elevador con respaldo hasta 150 cm o lo más cercano posible a esta altura si agotáis antes la silla por peso. 🙂

Una vez dicho esto, ¿en qué debemos fijarnos al elegir un grupo 2-3? Principalmente en dos cosas:

1. Que tenga un buen guiado del cinturón

Para que el cinturón esté correctamente colocado la banda diagonal debe cruzar el torso a la altura de la clavícula (nunca sobre el cuello) y la banda ventral a la altura de las crestas ilíacas de la pelvis (nunca sobre el abdomen).

¿Cómo garantiza esto un elevador con respaldo? Con elementos en la propia silla (clips, pasadores, ranuras…) que guían el cinturón.

Los elementos de guiado de la banda diagonal se encuentran en el cabezal por lo que, cuantas más posiciones tenga, mejor se adaptarán tanto el cabezal como el cinturón a la estatura del niño en cada momento. Si la posición más baja del cabezal sigue sin guiar el cinturón correctamente, probad otros modelos porque ese NO le vale. Y si no le vale ninguno porque le pasa con todos es que es demasiado pequeño para pasar a un grupo 2-3.

En cuanto al guiado de la banda ventral fijáos en que el cinturón no tenga la posibilidad de deslizarse y salirse de su guía, ya que con los movimientos del peque durante el viaje acabaría subiéndose hacia el abdomen y, en caso de accidente, podría provocar lesiones muy serias en órganos internos. Algunas sillas tienen puntos extra centrales de anclaje para asegurar la correcta posición del cinturón y minimizar el efecto submarino (de esto os hablé cuando os conté por qué los cinturones de dos puntos de los autobuses  escolares no son seguros).

2. Que tenga un respaldo envolvente

Para que pueda ofrecer la mayor protección lateral posible, evitando que el cuerpo del niño se golpee directamente contra el vehículo en caso de impacto.

Reclinado de la silla

Estos son los dos puntos principales, impepinables e irrenunciables pero no son los únicos aspectos a tener en cuenta.

  • Que la silla tenga varias posiciones de reclinado puede ser importante si vuestro peque tiene tendencia a descoyuntarse, porque ponerla lo más inclinada posible ayudará a mantener la cabeza en el respaldo cuando se duerma.
  • El espacio que ocupe puede ser crucial si tenéis que montar un tetris de sillas en el coche. Por eso aquí os digo lo mismo que con las sillas a contramarcha. Id siempre a probarlas, no solo con el peque, sino también en el coche o los coches en los que las queráis usar. Nosotros nos hemos puesto otra vez en manos de Luisfer, de Mimabebés, al que siempre mando a todo el mundo como ya sabéis todos los que me conocéis (y mira que nos pilla lejos).
  • El confort también es importante. Aunque Axkid donde es increíble es los grupos a contramarcha, sus sillas son siempre hiper cómodas. Yo amo mi coche pero si tuviéramos que hacer los viajes largos en él me dejaría el culo cuadrado.