¿Por qué es peligroso llevar una tablet en el coche?

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Fuente: Pexels

Esta semana se ha abierto un gran debate sobre lo que tenemos que llevar dentro del coche y cómo. Leer que una peque de apenas tres añitos pierde la vida y temer que haya podido ser por golpearse contra una tablet en un accidente de coche como se planteaba en los medios en un primer momento ha hecho a mucha gente pararse y reflexionar muy en serio sobre lo que hacemos y no hacemos cuando viajamos en coche con nuestros hijos y ha generado muchas dudas y preocupación. Al margen de las circunstancias específicas que se van esclareciendo sobre este caso en concreto, creo que no hay padre ni madre que estos días no haya sentido un terror cerval pensando en la tablet que lleva siempre en SU coche. Pero ¿por qué es peligroso llevar una tablet? Por otro lado, ¿si lo sujetamos todo ya estamos seguros o debemos tener más cosas en cuenta?

Empecemos por el principio. Lo peligroso no es llevar «una tablet». Lo peligroso es llevar un objeto suelto dentro del coche. Cualquier objeto. Cuanto más duro sea este objeto o más pese, más peligroso será. Así que está muy bien replantease qué hacer con la famosa tablet, que tanto soluciona el aburrimiento en los viajes, pero lo que debemos hacer es repasar qué llevamos dentro del coche y cómo lo llevamos. De nada sirve que apañemos o desterremos la tablet si llevamos suelto el móvil, la botella de agua, la tranca para el volante, el paraguas o el bolso (si es como el de mi madre, eso es un arma en sí misma).

Por si estáis pensando que es una exageración, que hoy día nos volvemos locos por cualquier cosa y que de toda la vida hemos ido con el coche lleno de trastos y nunca ha pasado nada, os comparto datos de una genial infografía de la revista de la propia DGT, que advertía ya en 1999 del peligro REAL que pueden suponer objetos cotidianos dentro del vehículo.

En un choque a 60 km/h que nos haga sufrir una deceleración inmediata y brusca, las fuerzas de inercia del vehículo hacen que cada objeto multiplique su peso POR 56 (calculado en base a un choque con un objeto inmóvil y una distancia de detención de 0,25 m, con una aceleración resultante de 555,78 m/s). ¡Por 56! Que es una locura absoluta. Os dejo algunos cálculos para que lo podáis visualizar mejor:

Un perrito de diez kilos que vaya suelto se convierte en un proyectil que te golpea con una fuerza equivalente a 560 kilos. Un caniche, en un choque, pesaría más que un oso pardo o un toro de lidia. Por esto desde hace mucho está regulado que los perros no vayan sueltos como iban antes. Y ya ni hablemos de ir sin el cinturón puesto, porque ya no se trata solo de nuestra propia protección sino de convertirnos en un arma letal para los demás ocupantes del vehículo. Si un perrito se convierte en un toro, un adulto con un peso medio de 75 kilos se convertiría en un elefante de más de 4 toneladas.

Un libro o un paraguas, que pesen en torno a 500 gramos, golpearían con una fuerza de casi 30 kilos. Un juguete infantil que pese escasos 300 gramos lo haría con una fuerza equivalente a 17 kilos. Incluso la funda de las gafas, que puede pesar menos de 150 gramos y no nos parecería peligrosa en ninguna circunstancia, lo haría con fuerza equivalente a unos 8 kilos. Incluso un boli supondría alrededor de 1,5 kilos, aunque lo más peligroso en este caso sería su forma: un objeto que puede resultar punzante lanzado a gran velocidad sólo puede ser una malísima idea.

La primera vez que yo leí todo esto me quedé horrorizada. Nunca me hubiese imaginado que pudiera ser TAN peligroso. De repente todo lo que había en el coche podía convertirse en un arma letal. Y me entraron los mil agobios. Siempre llevábamos muchos trastos en el coche, la verdad, porque en los viajes siempre parece que más que irnos de vacaciones nos mudamos y tenemos una exagerada querencia a llevarnos mil y una cosas que realmente ni necesitamos llevar… y que nunca caben del todo en el maletero. O que queremos tener a mano. Por si tengo sed, por si quiero picar algo, por si me llaman, por si llueve no salir al maletero, por si…

Pero, en realidad, hay otro «por si» MUCHO más importante: por si tenemos un accidente o un frenazo brusco, lo mejor es no llevar nada suelto en el interior del vehículo que pueda convertirse en un proyectil inesperado y causarnos daño, o que pueda ser fatal. A esta conclusión es a la que yo llegué y es el por si con el que me quedo.

Por eso, siempre:

1. Llevad en el maletero todo lo que no vayáis a necesitar durante el viaje. Si esto significa que hay que organizarse mejor a la hora de hacer el equipaje, es un precio a pagar razonable por la tranquilidad de saber que viajamos sin «armas potenciales» dentro del coche.

2. Todo aquello que sí necesitéis llevar dentro (de verdad), que vaya sujeto. Hoy día venden un montón de accesorios de interior con todo tipo de bolsillos y compartimentos. No hagáis apaños, buscad una sujeción que os dé garantías. El tirón de un frenazo es muy fuerte. El coche se para pero lo que va dentro sale disparado, ya lo hemos hablado muchas veces con la contramarcha.

3. El peque, SIEMPRE en una silla adecuada para su peso y edad. Pasarlo a una silla para la que aún no está preparado conlleva riesgos: que le quede grande, que pase a favor de la marcha antes de tiempo, que se desplace en un accidente por no llevar arneses adecuados a su tamaño o llevar cinturón antes de alcanzar la envergadura suficiente para ello. Siempre el máximo tiempo posible a contramarcha y en una silla de grupo adecuado.

4. Respecto a esto, ya sabéis que soy firme defensora de la contramarcha pero por sí sola no protege de todo. La seguridad tiene que ser global y hay que tenerlo todo en cuenta. Así que llevad siempre a contramarcha a los peques, el máximo tiempo posible, pero nunca llevéis objetos sueltos en el vehículo aunque viajéis muy tranquilos porque «mi hijo va de espaldas». De hecho, lo que haya en la bandeja posterior tendría trayectoria directa a su cabeza. Cuidado con esto.

4. Ajustad SIEMPRE bien los arneses. Un arnés suelto permite holgura y desplazamiento y puede hacer que la cabeza del niño golpee con otros objetos aunque estos estén sujetos o formen parte de la carrocería del coche. Si podéis poner la silla en la posición central, mejor.

5. Igualmente, la silla siempre debe ir colocada a una distancia mínima del respaldo, así como de las puertas laterales, para evitar impactos directos contra objetos fijos en el coche o contra la propia carrocería.

6. Y, lo más importante, conducid siempre con precaución. No siempre podemos evitar un accidente, no siempre está en nuestra mano. Nos puede salir de repente un jabalí de la nada, un coche que se salta un stop, un niño corriendo detrás de una pelota, se nos puede reventar una rueda yendo a 100 km/h y nos podemos encontrar con mil circunstancias en las que vamos a tener que reaccionar como mejor podamos y rezar por tener suerte. Pero sí hay muchas cosas que están en nuestra mano o que pueden ayudarnos si nos encontramos con algo inesperado: no forzar la velocidad, conducir atentos, no monear con el móvil, gps, etc., parar si algo en el coche nos está poniendo nerviosos o si notamos que estamos cansados, con pocos reflejos o distraídos o respetar la distancia de seguridad… Todo esto puede ayudarnos a evitar el golpe, a minimizar el frenazo y, con ello, sus consecuencias.

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