Lactancia materna: los miedos más comunes (y por qué no debemos hacerles caso)

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Fuente: Pixabay

Cuando ves por primera vez la carita de tu bebé llegan un montón de sensaciones y sentimientos, tantos que, a veces, resulta abrumador. Y entre todos ellos llega uno en particular que nos persigue durante toda nuestra maternidad: el miedo. Las madres somos expertas en eso de tener miedo y preocuparnos, y la lactancia no podía ser menos. Para cuando damos a luz nos han dicho tantas cosas que muchas veces llegamos al comienzo de nuestra lactancia como si se tratase de un examen que podemos suspender, como si abordásemos algo difícil, doloroso, como si fuéramos a una lotería en la que no sabemos qué nos va a tocar, y llenas de miedos. ¿Cuáles son los más comunes?

A no saber hacerlo

Hace cien, doscientos, trescientos años, las mujeres, con toda probabilidad, no tenían ningún miedo a dar de mamar a sus hijos. Quizá miedo a no comer y no poder alimentarlos pero no a no saber ponérselos al pecho,  a no saber dárselo.

¿Por qué ahora sí? ¿Somos más tontas las de este siglo o qué está pasando aquí? En absoluto. Pero sí estamos mucho más desconectadas de nuestra propia naturaleza y tenemos muchos menos ejemplos alrededor para tener asimilada la lactancia de forma natural.

Para cuando alcanzamos la maternidad muchas no hemos visto una sola mujer de verdad dando el pecho a su bebé (las de los anuncios no cuentan). Llegamos a la lactancia con un montón de información teórica que, en muchos casos, no se pone de acuerdo. Con la cabeza hecha un bombo y un millón de miedos y prejuicios dando vueltas en ella. Y con la inercia de la cultura del biberón y de todo lo que se dijo hace tiempo cuando se inventaron los señores que, sin tener teta ni ser madres, nos explicaron cómo funcionaba aquello de la lactancia como expertos en la materia.

Y llegamos sabiendo mucho y sin saber nada al mismo tiempo, llenas de miedo a no ser capaces.

Relájate. Confía. Eres perfectamente capaz de dar el pecho a tu bebé porque no tienes que hacer nada. Salvo dejar que todo siga su curso natural. El pecho no es transparente ni tiene rayitas cada 30 ml, el bebé no tiene un indicador de llenado como el del depósito de gasolina del coche, para ver cuándo va ya en reserva. No podemos controlarlo, medirlo, catalogarlo. Sólo podemos vivirlo.

Y, si tienes dudas, sigue a tu bebé, que sabe mejor que nadie lo que tiene que hacer y lo que necesita, si le dejamos.

A no tener «buena» leche, o suficiente

No soy quien para juzgar a quien tenga mala leche, especialmente en el arrebujo de las hormonas del postparto pero, sea como sea, estamos hablando de un tipo de leche diferente. Porque la que sale de tus pechos, no te preocupes, es de la máxima calidad, que ya se ocupa el cuerpo y la naturaleza de eso.

Salvo problemas específicos de hipogalactia o agalactia, sumamente infrecuentes, todas las mujeres tenemos leche suficiente para satisfacer las necesidades de nuestro bebé, sean las que sean. Porque ya se ocupa también el cuerpo de adaptar la cantidad y la composición de la leche al desarrollo y los requerimientos del peque, siempre que demos el pecho a demanda y dejemos que el bebé pida lo que necesita con su succión. Sí, es así de sencillo y de fluido. Si no te quedas convencida si te lo digo yo, no te pierdas Un regalo para toda la vida, que Carlos González lo explica mejor que nadie.

Así que tú tranquila, que tu leche es buena, tu leche es suficiente, tu leche alimenta, tu leche no se convierte en agua, ni en pepsicola ni en chinchón.

A que duela

Todavía recuerdo el día en que me compré una camiseta premamá, monísima, por cierto, y la dependienta de la tienda comenzó una pequeña charla sobre lo mucho que duele dar el pecho. En aquel momento no estaba yo demasiado preocupada por ese tema, el parto me tenía tan aterrada que no dejaba sitio para mucho más pero recuerdo sus palabras: «¡madre mía lo que gritaba de dolor, lo recuerdo algo horroroso! Vamos, mucho, mucho peor que el parto, pero dónde va a parar.»

Ahora que ya tengo el cinturón negro en la lactancia práctica y conozco algo de la teórica lo tengo claro, ese bebé no se estaba enganchando bien. Y me la creo totalmente, seguro que le dolió muchísimo. Pero no era dar el pecho lo que le dolía, no es dar el pecho lo que duele. Un mal enganche por un frenillo no diagnosticado puede doler, una mastitis puede doler, una ingurgitación mamaria puede doler, una grieta puede doler. No es la lactancia no que duele, sino los problemas que pueden aparecer durante esa lactancia y que tienen solución (estoy preparando un post precisamente sobre ello, en unos días lo tengo listo 🙂 ).

Si surge un problema, sólo hay que identificarlo y ponerle solución. Pero, a riesgo de repetirme y ser cansina, la lactancia no duele.

A los mordiscos

La salida de los dientes es uno de los temas que más preocupan a las madres que dan el pecho más allá de los primeros meses. El desconocimiento sobre cómo será esa lactancia con un bebé «grande» que ya tiene sus buenos dientes y al que le encanta usarlos para moder todo lo que se encuentra puede hacer que una desee tener los pezones invertidos para minimizar el riesgo a llevarse un bocao. Sin embargo, los dientes no tienen que suponer ningún problema, porque no se usan en absoluto a la hora de mamar. Cuando el bebé toma el pecho, su lengua forma un canal debajo del pecho y presiona contra el paladar. Es ese movimiento rítmico el que realiza la succión y provoca la salida de la leche.

Es posible que sí notes un aumento de la presión, mayor de la acostumbrada, pues los dientes, aunque no participen en la succión, sí ocupan un espacio que antes estaba libre. Aunque los dos sean calvitos y entrañables, el peque no es como el abuelo y, que se saque la dentadura antes de ponerse al lío no es una opción. Así que, sí, desde que mi hija empezó a tener dientes me los deja en bajorrelieve en cada toma, como consecuencia de la presión que ejercen en el vaivén de la succión. Verlos marcaditos me produce cierta fascinación porque, hablando en plata, acojona un poco verse una hilera de dientes serigrafiados en la areola. Pero doler, ni pizca, si el agarre es bueno (y si a estas alturas no lo es, probablemente ya se ha cargado la lactancia).

No tengas miedo, los dientes en la lactancia no duelen, ni siquiera se usan. Otra cosa es que tu peque te dé, deliberadamente, un mordisco como parte de un juego o de la exploración de sus límites y posibilidades. Pero eso no tiene mucho que ver con la lactancia y tendrás que explicarle que no se puede morder ahí porque duele, como no se puede morder un dedo o la punta de la nariz.

A la presión social

Tenemos la manía de meternos siempre donde no nos llaman y, en el territorio comanche de la crianza, ésta es es una de las batallas campales por excelencia. Curioso que tratándose de algo tan íntimo como la lactancia y algo tan íntimo como una teta, todo el mundo se lance a opinar pero, es tontería negarlo. Si das el pecho, si no lo das, si lo das durante poco tiempo, si lo das durante mucho tiempo, si te sacas la teta en cualquier parte, si te escondes… da igual lo que hagas, siempre vas a recibir comentarios, opiniones, consejos y juicios.

Sobre este tema, te voy a decir mi opinión particular. Absolutamente personal y basada en mi sentir. Haz con tu teta lo que tú sientas. Si sientes que quieres parar, para, te digan lo que te digan. Si sientes que debes seguir, sigue, te digan lo que te digan. La lactancia es más que alimento, es más que defensas, es más que consuelo, es una forma de comunicación entre mamá y bebé y, por tanto, para mí son los únicos que deciden sobre ella. Y nadie mejor que tú sabe lo que necesitas, lo que quieres ofrecer, lo que sientes, lo que esperas de tu lactancia.

Infórmate, sí, el conocimiento siempre es útil. Escucha, sí, pero a quien sientas que debes escuchar, a quien intente ayudar, y no imponer su visión, a quien respete tu camino. Acude a grupos de apoyo a la lactancia, habla con otras mamás, haz tribu, empodérate en lo que quieras hacer en esta parte tan privada y esencial de tu maternidad. No dejes que nadie lleve tu lactancia por donde no quieres que vaya.

Y no dejes que esos miedos que nos han surgido a todas en algún momento afecten a tu lactancia. Porque el miedo es libre pero la lactancia… la lactancia es bella. Que nada te la amargue. Ni lo de fuera ni lo de dentro. Disfrútala.

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Y, si quieres contarme tu punto de vista o tu experiencia, me encontrarás siempre al otro lado en comentarios o en redes 🙂

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This entry was posted in Crianza.

10 comments

  1. NATALIA says:

    Muchas gracias por todos vuestros comentarios,me animan muchísimo en estos momentos a seguir adelante.
    Seguiré como hasta ahora, siempre he pensando que hay niños de todo tipo, y mi hijo es tal cual, y solo hay que comprenderle.
    Yo le mando enlaces a mi pareja para que se informe, pero tiene su propia idea. Mi pediatra es prolactancia pero al principio me regañó porque me dijo que no dejara que el niño me usara de chupete y se durmiera, por lo que es probable que no pueda aliarme a ella en la próxima revisión.
    No obstante intentaré hablar con él, porque la verdad es que a veces me siento un poco sola en ese aspecto.

    Muchas gracias a todas por vuestros comentarios.

  2. Yeisca says:

    Natalia lo estas haciendo de maravilla! Sigue tu instinto y que tu bebe te guie en este camino tan bonito pero a veces complicado.
    Animo!
    Invita a tu marido a informarse mas sobre la lactancia y veras q poco a poco sabra que lo estas haciendo genial, su palabras son de no tener conocimiento ninguno.
    Animo!

  3. Bei says:

    Lo estás haciendo genial y no hace falta que te lo diga nadie, si cierras los ojos, si apagas el ruído y miras a tu bebé, el te dará todas las respuestas y todas empiezan por tiempo y amor.
    Abrazos

  4. Natalia says:

    Hola Carita,
    Yo a pesar de que tuve todo en contra al principio (no pude hacer piel con piel, no pude dar el pecho a mi hijo hasta 14h después de nacer y tuve que reconducir una LA a LME) por lo que podéis imaginar lo satisfactorio fue conseguir alimentar a mi hijo sin ayuda de biberón. Mi bebe va a cumplir en unos días 4 meses, y mama con mucha frecuencia, haré unas 12 tomas por lo menos al día. Yo lo achacó al calor entre otras cosas y a que mi hijo no es muy dormilón de nunca. El caso es, que siento mucha presión de mi entorno desde hace cosa de un mes aproximadamente. Me dicen que ofrezco el pecho a mi bebé en cuanto llora, ayer sin ir más lejos, quedamos a tomar algo con unos amigos y mi marido, me decía hoy, que ofrecí el pecho 3 veces a mi hijo en 2h y 30. Me ha empezado a decir que cree que tiene demasiado apego, y que por haberle dado el pecho el niño no se duerme solo y le cuesta dormirse sin la teta y no quiere dormir en su cuna. Que por el mismo motivo llora en su carrito en cuanto le sientas y que bueno esta dando un tiempo prudencial pero espera que cuando empecemos con la AC esto se reconduzca.
    Tras dicha conversación no he dejado de darle vueltas al tema, he empezado a ver en Internet niños que no querían comer por que solo querían teta y me he empezado a agobiar. Tengo tanta presión, que a veces me cuesta disfrutar de mi maternidad. Mi hijo es un niño feliz que me sonríe cada vez que me ve, y siento que no hago justicia a esas muestras de amor.
    Se que en poco se me puede ayudar solo quería saber si a alguien le ha pasado algo parecido.

    • Carita says:

      Querida Natalia.
      En primer lugar te felicito por lo que tengo por seguro que habrá sido un camino costoso para llegar a esta lactancia exitosa con ese mal comienzo.
      En segundo lugar, me apena mucho leer tu angustia… lo estás haciendo muy bien, y desde este pequeño rincón procuraré ayudarte a volver a llenarte de seguridad y confianza. Porque lo que te está pasando es totalmente normal y lo único que necesitas es liberarte de cualquier presión.
      Respecto a la cantidad de veces que ofreces el pecho: no sé tú, pero yo estoy bebiendo LITROS de agua estas semanas, porque mi cuerpo me pide hidratación casi continua. Lo mismo le ocurre a tu bebé y tú eres en estos momentos su fuente de alimentación e hidratación absoluta. Sé que es muy difícil resistir la presión ambiental, sobre todo cuando viene de un entorno directo pero, como podrás tener muy claro si hablas con alguna experta en lactancia (te recomiendo a Alba Padrós, es excepcional), es importante dar todas las tomas que el bebé precise, y más aún con este calor. La lactancia recomendada en los primeros seis meses por todos los organismos relevantes de la salud y pediatría (Asociación Española y Americana de Pediatría, Organización Mundial de la Salud, etc) es exclusiva y a demanda. Sin pensar «son muchas veces», sin contar horas y número de tomas en esas horas, sencillamente cuando el bebé lo demande.
      Un bebé de menos de cuatro meses es imposible que tenga «demasiado» apego. No tengas miedo, no te agobies. Lo estás haciendo muy bien. No mires cosas en internet que confirmen las dudas… No te llenes de miedos. Mi peque siempre tomó teta a demanda, por ejemplo, y siempre ha comido perfectamente. Y hacíamos, muuuchas tomas. Respetad los ritmos de vuestro bebé, de verdad, ellos tienen una sabiduría puramente instintiva de lo que necesitan y cómo y cuándo lo necesitan. Es normal que tengáis miedos y dudas, venimos de una etapa cultural marcada por el biberón, el «no lo cojas que se malacostumbra» y muchas otras cosas y estamos totalmente perdidos en cuanto a las expectativas y la normalidad de lo que hacen los peques a cada etapa… pero no tenéis ningún problema que sea preciso que se reconduzca, sólo tenéis un bebito de menos cuatro meses que te pide de forma exacta y precisa lo que necesita.
      Te recomiendo que leas (si no lo conoces ya) el libro de Carlos González «Un regalo para toda la vida». Es una auténtica guía práctica sobre lactancia que puede ayudarte muchísimo a volver a sentirte segura con lo que tú, por dentro, sabes que estás haciendo perfectamente.
      Te mando un abrazo enorme.

    • Raquel says:

      Natalia, en primer lugar enhorabuena por haber conseguido establecer la lactancia materna a pesar de todos los impedimentos que tuviste al principio. Es admirable la fuerza de voluntad que he tenido, muchas habrían tirado la toalla.
      En cuanto a la presión social… Te entiendo perfectamente, mi primer hijo es un bebé de alta demanda, así que me pasaba el día (y la noche) con la teta fuera, además le tenía a todas horas en brazos porque si no lloraba y cuando el niño tenía un par de meses empecé a practicar colecho por una pura cuestión de supervivencia. Te puedes imaginar las críticas… Ahora tengo otro bebé y hacemos lactancia en tándem. Más críticas… Y lo peor de todo tener que escuchar que al niño le dicen que por que toma teta que eso es de bebés, que al pobre se le queda una cara… Por Dios que tiene 2 años!!. Lo que más molesta es que estos comentarios suelen venir de gente cercana, pero yo he aprendido a ignorarlos y disfrutar con mis hijos que el tiempo pasa muy rápido y cuando nos queremos dar cuenta ya no tomaran teta, no dormían con nosotros no dejarán que les demos un beso en público.
      Así que mucho ánimo y no dejes que te afecten los comentarios de nadie. Disfruta de tu bebé y si te coge mucho apego pues mejor para ti.
      Un abrazo!

    • Valeria says:

      Hola Natalia! Como mamá que dio pecho 34 meses a mi hija, te puedo decir que no existe apego excesivo ni lactancia demasiado larga ni nada de lo que te han dicho. Creo que sería bueno que sobre todo hables con tu esposo sobre este tema, ya que es mucho más fácil ignorar las críticas cuando se tiene un entorno que apoya. Además de mostrarle toda la información científica que está disponible hoy en día en las páginas de las entidades que te mencionó Carito, sería bueno que reajuste su visión acerca de lo que necesita un bebé. Porque para que lo piense fríamente : vuestro bebé estuvo 9 meses en tu vientre pero solo 4 meses en el mundo exterior. Mamá es lo conocido, el calor, el alimento, la seguridad, el amor…Fuerza y adelante, que somos muchas mujeres como tu en todas partes del mundo, que te decimos que lo estás haciendo perfecto. Un abrazo!

    • Ratoncito says:

      Natalia, estas haciendo lo correcto, has luchado mucho por la lactancia, intenta no dejar que te la fastidien ahora con las opiniones que no son correctas ni oportunas. Es totalmente normal hacer 12 tomas al dia, igual que es normal hacer 8 u 20. Cada niño es diferente y marca su ritmo. Tu niño es un bebe, no «se aprovecha» ni se «malacostumbra»,se guia por sus instintos y necesidades. Tengo una niña de 3 años que era muy demandante de pecho aunque tuve lmgran suerte de que por la noche de siempre dormia muy muy bien (y mejor en su cuna a sus anchas q con nosotros) pero que los primeros meses durante el dia no dormia si no era encima mia en el pecho, asi que hacia tomas cada 15-20 minutos. Con el tiempo se iba regulando, aunque siguio pidiendo mucha teta pero cuando llego su tiempo y maduro, empezo a comer muy bien y de todo y asi sigue. El pecho se lo quite yo muy progresivamente con 23 meses (digo lo de madurar porque los primeros tres meses de la AC no queria vegetales ni patras, le daba asco tocar la comida…y solo fue cuestion de esperar un poco y no forzarla y un buen dia cogio un cacho de pan y empezo a morder y a comer de todo de pronto).
      Ahora tengo un bebe de 2.5 meses que es mucho mas tranquilon y dormilon, que hace menos tomas (aun asi creo que de 10 al dia no bajamos, no lo se porque nunca cuento), que adora dormir en el carro en la calle (la niña lo odiaba con toda su alma, me salvo el porteo), que hace tomas muuucho mas cortitas… y hago exactamente lo mismo que antes! Aun asi, ayer por ejemplo se paso el dia en la teta porque hacia muchisima calor y no pudo dormir bien porque estabamos por ahi de visita…pero todo es normal! Sigue el ritmo de tu bebe e intenta no dejarte influir por los comentarios de fuera, es una pena que vienen de tu marido porque el apoyo del papi es muy importante en estas situaciones… 🙁

    • Rosalia says:

      Hola Natalia,
      Claro que tiene apego porque es imposible perderlo de golpe habiendo estado 9 meses en tu tripa. Pero desde cuando el apego es malo? Que parece que ahora en cuanto nace tiene q ser independiente total.
      Mi hijo de 3 meses ha estado los dos primeros durmiendo 24h en brazos, parecía q la cuna y el carro tuvieran pinchos. Al final nos dimos cuenta de que tenía reflujo y gases y se encontraba mejor en posición más incorporada. Ahora aunque ya duerme en la cuna, tiene que coger el sueño en brazos y en la teta.
      Ademas hemos pasado del capazo del bugaboo a la silla y ahí se encuentra más cómodo.
      Mi primer hijo se dormía también en brazos y luego le pasaba a la cuna hasta, no lo recuerdo, pero quizá los 9 o 10 meses. Ahora tiene 2 años y es más despegado que nada. No creo que haya ningún niño que con cierta edad quiera seguir durmiendo en brazos así que disfruta de tu bebé porque el tiempo pasa volando. No hagas caso a tu entorno si te sientes a gusto dándole pecho a demanda. La gente es opinologo por naturaleza. Lo único que siento es que tu marido no lo comparta, porque para mí es el único que debería estar de acuerdo contigo para que llevéis una lactancia cómoda y feliz.
      Con respecto a comer, no sé que decirte, no creo que afecte, le puedes seguir dando teta e introducir nuevos alimentos. Yo lo dejé con el primero al volver a trabajo 🙁 así que tomaba LA y BLW Mixto, pero mi hermana le daba pecho y purés y mi sobrina lo único q rechazaba era el biberon. Ahora con 3 años come y bebe de todo, y de postre toma teta. Mucho ánimo!

    • Esther says:

      Natalia lo primero enhorabuena!!!! Seguro que eres una madre maravillosa. Nadie, y cuando digo nadie incluyo al padre de tus hijos, q tus padres, suegros, herman@s…. puede decirte qué hacer y qué no hacer con tu hijo, vuestra relación es vuestra y decidís los dos y en este caso un poco más tú por motivos obvios (y más en lo que respecta a tu pecho, q tú lactancia y a tu maternidad). Si tiene «demasiado» apego no sé quién es nadie para marcar límites al apego, pero creo que un bebé de 4 meses encuentra su mayor consuelo en la persona que lo ha llevado consigo desde que fue concebido, que eres tú, y tú olor, el sonido d tu corazón y tu voz es lo que más le gusta en el mundo. Si quiere teta y tú s e la quieres dar, adelante. Creo que tu pareja es la única persona q tiene algo q opinar y sólo eso, darte su opinión. y tú decides qué hacer con ella. Respecto a la hidratación es obvio que siendo su única fuente de hidratación, mame muchas veces, pero te repito que si a ti no te molesta, no le molesta a nadie. Y a quién le moleste, que se joda o se vaya a la mierda. No hagas caso de las críticas. Sigue adelante y confía en ti misma. Lo más importante es q tú hijo sea feliz y para eso tienes q transmitirle tranquilidad, serenidad y felicidad, asivq pasa de todo el mundo. Yo le di a mi hija la teta tres meses y lo complemente con biberón xq ponía poco peso, pero ojalá pudiera haberl dado mucho más y ahora q estoy embarazada con mi hijo intentare dárselo todo el tiempo posible y no haré caso de nadie. Un abrazo fuerte

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