8 juegos chulos para que los viajes con peques se pasen volando

8-juegos-chulos-para-el-coche

Fuente: Pixabay

Aburrirse es inherente al ser humano, sobre todo cuando nos metemos en un coche sabiendo que tenemos que pasar allí dentro varias horas. No es que viajar no sea bonito, que lo es… pero es que a veces lo del coche cansa. Y con niños ni os cuento, así que toca desempolvar la creatividad y pensar juegos chulos, sencillos y divertidos que nos puedan entretener. Yo hoy os propongo 8 ideas para que se nos pase más rápido el viaje. A ver si me sugerís alguno más para ampliar el repertorio 🙂

La verdad, nosotros jugamos hasta yendo solos. Antes de tener niños y ahora, cuando ya la tenemos en la playa con los abuelos desde hace unos días y nos toca viaje para dos, siempre jugamos a un juego absurdo y maravilloso que nos tiene todo el viaje entretenidos y nos motiva cantidad. Dividimos el viaje en cuadrantes de quince minutos y vamos calculando a qué velocidad tendríamos que ir para llegar a una hora o a otra, según vamos avanzando en el viaje. Fijáos. Criaturas simples, somos, con qué cosa nos entretenemos. Pues nos hemos llegado a partir de risa con esto. Todavía me acuerdo de las carcajadas que soltamos durante un buen rato cuando calculamos, en una operación salida el verano pasado, que para recuperar el tiempo perdido solamente teníamos que ir a 1.200 km/h durante los siguientes quince minutos. Y encima nos mantiene ágiles porque hacemos matemáticas mentales la mitad del camino (que también hay ratos en medio en los que hasta hablamos o nos quedamos empanados cada uno en lo suyo, como suele suceder).

Con la pichurri, como es demasiado pequeña para comprender esto (tanto el juego como el estado mental de sus padres en los viajes a la playa… y en general), buscamos otras ideas más propias de su edad. Los requisitos para jugar a algo son:

  • Que sea sencillo (si la niña no lo entiende, se acabó el juego antes de empezar)
  • Que no tenga una duración determinada (mejor cosas cortitas que podamos repetir las veces que nos apetezca)
  • Que sirva para una de las dos siguientes cosas: reírnos o «aprender».

Aquí os dejo 8 ideas que cumplen con esto y pueden hacer que los kilómetros pasen volando entre unas cosas y otras:

1. ¿Cómo hace…?

Quien no haya imitado a un elefante en un viaje en coche no tiene hijos o no ha tenido infancia, una de dos. Cómo hace el león, cómo hace la vaca… Un clásico. Con los más peques podemos ir a lo más sencillo (los animales que conocemos y sabemos imitar) pero cuando van siendo un poquito más grandes mola tanto picarnos en modo concurso (a ver quién hace mejor de cada animal, que siempre hay alguien que lo clava) como arriesgar con lo loco y reírnos sugiriendo sonidos de animales que no conocemos o que incluso ni siquiera existen. Os reto a imitar al pollodrilo o al rinosaurio.

2. Cantar una canción conocida cambiando la letra de forma divertida.

Cogemos una canción tipo y vamos inventando las estrofas, sin límite de creatividad, aunque no tengan ningún sentido (sobre todo en este caso), pero sobre la melodía de la canción original. Esto con mi hija triunfa. La cara de pilla que pone cuando inventa es impagable («cucú, cantaba el pedete» y es que se altera de la emoción). Juego mucho con ella a esto, incluso en casa, aunque haya que pagar el precio: sabemos cuándo empezamos pero nunca cuándo acabamos (generalmente cuando mamá pide clemencia con la cabeza como un bombo).

3. El veo veo de colores.

El veo veo está muy visto (juas juas, vaya día tonto llevo) y con niños muy pequeños a veces no es muy práctico porque se pueden hacer líos con la letrita por la que empieza cada palabra y terminar hasta frustrándose, algo nada recomendable con todos encerrados en un coche durante un buen rato. Para esto, tenemos opciones más sencillas y visuales. El veo veo de los colores me lo enseñó una amiga (veo veo cosas de color… ¡azul!) pero también podemos hacer el veo veo de las formas (veo veo cosas… ¡redondas!) o cualquier otra variante que se nos ocurra.

4. ¿Cuántas conocemos?

Confieso que empecé a jugar a esto en los trayectos a ver a los abuelos porque me fascinaba la cantidad de comidas que conocía mi hija con sólo dos años (minipunto y punto para el BLW) y nos pasábamos los veinte minutos de trayecto nombrando una fruta tras otra como en el un, dos, tres. Pero es una forma genial de mantenerlos entretenidos pensando en algo relativamente calmado y que no nos requiere mucha implicación (un buen juego por ejemplo cuando vamos conduciendo). Y hay listas para aburrir: frutas, comidas, animales, nombres de personas conocidas, partes del cuerpo, películas… Ligeramente deprimente a veces cuando el niño se acuerda de más cosas que tú, que es lo más frecuente.

5. Hablar todo con una sola vocal y a ver qué entendemos.

«Yo a este jugaba con mi hijo y se partía de la risa», me comentó de forma casual una amiga cuando le conté que escribía este artículo. Y acabamos las dos hablando con una sola vocal (lo peor de todo, yo emocionada y divirtiéndome, ella no sé si arrepentida de haber abierto esa puerta). Pero si no creéis que puede ser divertido… prabadla an casa qua as vaas a raár an rata asá a la tanta. Se pega rápido XD Este lo pruebo en el próximo viaje, que me mola.

6. Imagínate

Yo siempre he vivido en mi planeta, y allí lo de imaginar mola. Mola mucho. Me encanta dejar volar la cabeza conjurando historias y parece que la peque, en esto, ha salido a mamá. Así que las dos nos divertimos y nos entretenemos mucho jugando a imaginar historias y completárnoslas la una a la otra. Imagínate que eres un elefante rosa y en vez de barritar sólo dices ¡achíssss!. Pues imagínate tú que los perros vuelan y se ponen a correr por las nubes y las deshacen con las patas. La verdad, no nos hace falta viajar para esto pero metidas en un coche y aburridas, imaginar siempre apetece.

7. Jugar a «piedra papel o tijera» o «los chinos»

Otro clásico. Podemos usarlo en los últimos kilómetros con algún premio motivador (el que gane es el que se toma el primer helado o el que hace pis primero, que eso motiva cantidad en un viaje largo). Os diría más: en realidad mejor usarlo en los últimos kilómetros por si triunfa. Al menos, si no queremos acabar bajando las maletas como el gato de Mixta. Y si queréis en versión friki y os gusta The Big Bang Theory… piedra, papel, tijera, lagarto, Spock. Sólo con recordar las normas entre ellos o buscarlas en google en el móvil ya se os va a ir un rato entretenidos. A todos. De hecho, voy a mirarlo yo cuando acabe el post, que sólo recuerdo que papel desautoriza a Spock…. Hmm…

8. Adivina cuándo llego 

Hazme cosquis, más que una alternativa de entretenimiento, es un sentimiento universal. ¡Lo que mola! (sobre todo cuando las recibes). Así que pasar un ratito del viaje dedicados a las cosquis no puede ser sino una idea maravillosa. Seguro que habéis jugado alguna vez con alguien a alargar el brazo con la palma de la mano hacia arriba, cerrar los ojos y dejar que nos hagan cosquis en círculos subiendo por el antebrazo, desde la muñeca, hasta que lo paremos adivinando cuándo llega el gustirringuín a la flexura del codo (aunque más de una vez se acaba llegando al hombro con la excusa barata de «ay, no lo vi claro»)

Si te parece que mi contenido es útil, ¡compártelo!

Y, si quieres contarme tu punto de vista o tu experiencia, me encontrarás siempre al otro lado en comentarios o en redes 🙂

¿No te quieres perder ningún post?

¿Quieres suscribirte y recibirlos cómodamente en tu correo?

2 comments

  1. Almudena Lamorena Ocaña says:

    Pues uno que se me ocurre y al que yo juego mucho con mi hijo de 5 años es inventar comidas pero con ingredientes asquerosos, por ejemplo, macarrones con alas de mosca y babas de caracol, como están en esa etapa, «caca, pedo, pis» les encanta y lo que se ríe.

    • Carita says:

      Hola Almudena! Va genial este juego para aguantar sin hambre hasta la llegada no? jaja. Lo probaremos, mi peque también está en esa fase en la que le encanta decir cosas asquerosas y reír loca de contenta. Gracias por compartirlo! Un abrazo

Responder a Carita Cancelar la respuesta

Acepto la Política de privacidad